sábado, 29 de septiembre de 2012

¿En que consiste el ambiente escolar?

 El aprendizaje de la convivencia (aprender a vivir con otros) en el colegio, es definido por la UNESCO como uno de los desafíos centrales de la tarea educativa actual, de tanta relevancia como el aprender a conocer y, por tanto, su reducción a un mero instrumento al servicio del aprendizaje cognoscitivo, plantea una mirada limitada sobre la convivencia: ésta tiene valor en sí misma, en el que uno de sus beneficios puede ser la motivación para aprender. Una segunda precisión, es que la generación de un buen ambiente de convivencia no es "algo que se hace" con los estudiantes, sino que involucra y afecta a todos los subsistemas del sistema educativo: tiene que ver con las relaciones entre educandos, entre profesores y educandos, las relaciones de los profesores con los otros estamentos adultos del sistema, considerando también las relaciones de los docentes con la estructura directiva del centro. Es contradictorio tratar de enseñar a los estudiantes a convivir en un buen ambiente, mientras los profesores entre sí establecen malas relaciones o la estructura directiva del establecimiento está en permanente disputa con los docentes. Una tercera precisión dice relación con que ésta construcción de buen ambiente, definido como clima social nutritivo según la profesora Milicic, implica la idea de proceso continuo: no es algo que se logra como meta, sino una búsqueda permanente y dinámica que responde al ritmo de la vida del centro educativo.
Al momento de pensar en escoger la carrera de Pedagogía inevitablemente uno tiene que visualizarse en una sala de clases. Situación que no tiene nada malo si la sala está vacía. El problema quizá empiece cuando imaginemos a 45 estudiantes en ella, cada uno con diferente realidad familiar, religiosa, económica, y un sin fin de otras aristas; haciendo desorden y gritando... es ahí cuando muchos la desechan como una posibilidad de profesión para el resto de su vida. Pero hay una ventaja (por que he estado pensado si existe otro profesional con el que pasemos tantos años junto a ellos, y no se me ocurre ninguno) entonces, los conocemos tanto en que consiste la docencia, que ya sabemos que modelo seguir y también de cual no nos gustaría implementar en un futuro sistema de trabajo; es decir, podemos retroceder en el tiempo y pensar en cuales fueron los profesores que no quisiéramos imitar y también a quienes guiarán nuestro desarrollo docente. Y es que lo que hicieron nuestros profesores se nos quedó tan grabado en la mente, que quizá cometeríamos pocos errores, llevándonos a una posible evolución en materia de enseñanza, siendo lo más empático posible en el trato. Al parecer nunca hay que olvidar que uno también fue estudiante, para no abusar de nuestro puesto. Creo que la comunicación entre profesor y estudiante tiene que ser bastante fluida. Hay que tomar cuenta que si hay niños que tienen un mal comportamiento es reflejo de nuestra sociedad, una situación personal o simplemente por no ser escuchados. Será nuestro cable a tierra cuando ellos, sin saberlo, nos cuenten los motivos de su conflictivo actuar y es cuando uno debe aprovechar esas instancias para detectar los problemas para así aconsejar, dar apoyo y ayuda; y así no sólo conseguir buenas calificaciones, sino también mejorar a la persona. El profesor pasará con sus alumnos más tiempo que con sus propios padres y ya no será solamente eso sino también un formador y corregidor malos hábitos, en beneficio exclusivo de ellos mismos. Entonces ya reconocemos más de una labor dentro de esta especialidad con profundo sentido social, lo cual representa una gran carga que hay que aprender a sobrellevar con el tiempo.

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